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Yoga y el Sistema Inmunológico: Conexión Cuerpo-Mente para una Mejor Salud

​​Publicado el 28 de julio de 2025

El sistema inmunológico es la primera línea de defensa del cuerpo humano frente a patógenos, toxinas y células anómalas. Su funcionamiento eficiente depende de múltiples factores fisiológicos, entre ellos el equilibrio neuroendocrino y el manejo del estrés crónico. En los últimos años, la práctica del yoga ha sido objeto de diversos estudios científicos que la relacionan con la mejora de parámetros inmunológicos y la modulación del sistema nervioso autónomo. Este artículo explora cómo el yoga puede actuar como un modulador inmunológico a través de mecanismos fisiológicos bien definidos.

1. Estrés, eje HHA y función inmunológica

En los últimos años, la práctica del yoga ha dejado de ser vista solo como una forma de ejercicio físico para convertirse en una herramienta integral de bienestar. Una de las áreas donde el yoga demuestra un impacto positivo es en el fortalecimiento del sistema inmunológico. Pero, ¿cómo puede una práctica basada en la respiración, el movimiento consciente y la meditación influir en nuestras defensas naturales? La respuesta está en la conexión entre cuerpo, mente y sistema nervioso.

El sistema inmunológico y el estrés: una relación directa

Nuestro sistema inmunológico está directamente influenciado por el estado mental y emocional. El estrés crónico, la ansiedad y la falta de descanso debilitan las defensas del cuerpo, haciéndolo más vulnerable a infecciones y enfermedades. Aquí es donde el yoga se convierte en un aliado poderoso.

Practicar yoga de forma regular reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que ayuda a equilibrar el sistema nervioso. Al activar el sistema nervioso parasimpático (responsable del descanso y la recuperación), el cuerpo entra en un estado de reparación que favorece el buen funcionamiento inmunológico.

Posturas de yoga que apoyan al sistema inmune

Ciertas asanas (posturas) tienen efectos especialmente beneficiosos para el sistema inmunológico. Algunas de ellas son:

  • Balasana (Postura del niño): Relaja el cuerpo y calma la mente, ideal para reducir la tensión.

  • Viparita Karani (Piernas arriba en la pared): Mejora la circulación y permite una mayor oxigenación del cuerpo.

  • Setu Bandhasana (Puente): Estimula el sistema endocrino, especialmente la glándula tiroides, importante para la regulación inmunológica.

  • Twists (torsiones): Ayudan a desintoxicar el cuerpo, estimulando órganos internos como el hígado y los riñones.

Respiración y meditación: el poder del prana

El pranayama, o control de la respiración, es otra herramienta clave en el yoga que influye directamente en el sistema inmune. Técnicas como Nadi Shodhana (respiración alterna) o Kapalabhati (respiración de fuego) oxigenan el cuerpo, limpian los canales energéticos y calman la mente. Esto no solo reduce el estrés, sino que mejora la función pulmonar y fortalece la barrera inmunológica.

Además, la meditación diaria mejora la resiliencia emocional, aumenta la conciencia corporal y contribuye al equilibrio hormonal, todos factores que repercuten positivamente en nuestras defensas.

El yoga no es una cura mágica, pero es una práctica poderosa para apoyar la salud integral del cuerpo. Al fortalecer el sistema nervioso, reducir el estrés y mejorar el equilibrio hormonal, el yoga crea un terreno fértil para que el sistema inmunológico funcione de manera óptima.

Incluir yoga en tu rutina diaria no solo puede ayudarte a sentirte más fuerte física y emocionalmente, sino también a mantener un cuerpo más resistente ante las enfermedades.

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